Al revisar parte de la historia de la Educación Chilena, se pueden encontrar registros de que en la década de los 70 las maneras de disciplinar estaban cargadas hacia reacciones violentas de carácter físico: tirar orejas, zamarrear, golpear con reglas y/o punteros, obligar a las y los estudiantes hincarse con las rodillas descubiertas sobre porotos o maiz, obligarlos a escribir reiteradamente la falta cometida, etc.
En cambio hoy, se recurre a las anotaciones negativas, las suspensiones, expulsiones e incluso - y lo que más nos llama la atención - recomendaciones de medicación.
Si bien hoy nos alejamos de un castigo físico, la idea de medicar a las y los estudiantes, igual apunta a una dominación del cuerpo con el propósito de ordenarlo y normalizarlo. Frente a esto, nos encontramos con manifestaciones como ésta:
Poster en la fotocopiadora de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile |
¿será esta la mejor manera? ¿cómo nos alejamos de éstas prácticas?